EL MUNDO – Eutimio Cuesta ha visto desaparecer poco a poco la remolacha que solÃa crecer en los alrededores de Villalbarba, un pequeño municipio de la provincia de Valladolid. “Cuando llegue la reforma no sé si habrá algo de remolacha aquÃ. Yo ya me he planteado dejar de plantar la mitad para la siguiente campaña, pero quien abandona la remolacha no la vuelve a coger”, asegura el agricultor que ha plantado la dulce raÃz durante más de 25 años.
La reforma de la que habla Cuesta es la liberalización del todavÃa muy protegido sector azucarero en Europa, que se está debatiendo ahora en las instancias de la Unión Europea. El Viejo Continente es uno de los principales consumidores de azúcar del mundo y la posibilidad de un cambio en las reglas ha desatado una guerra entre industrias, agricultores y paÃses productores, que tienen intereses irreconciliables.
La Organización Mundial del Comercio ha condenado a la UE por sus prácticas en el mercado del azúcar
Durante décadas, la Unión Europea fue acusada ‘dumping’, esto es, de vender en el mercado internacional por debajo del coste de producción. Bruselas ha protegido desde los años 60 al sector remolachero con altos precios garantizados al agricultor y cuotas que hacÃan muy atractiva la producción de azúcar. Esto provocaba un gran excedente en Europa que luego se exportaba, a un precio muy inferior del internacional, gracias a lo que organizaciones internacionales y otros paÃses productores llamaron una “subvención cruzada”, sustentada en el propio consumidor europeo que pagaba un precio tres veces más caro por el azúcar. Los principales perjudicados eran los paÃses en desarrollo, cuya producción de azúcar depende principalmente de la caña.
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